viernes, 23 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
Desde entonces, ha cruzado tañedo cada minuto exacto, atento sin cesar a esa palabra cierta que ordene al Universo pararse sin remedio.
Y seguirá soñando, el cristal de sus manos manejará los astros como ai fueran polvo.
Cada noche un instante, cada millón de siglos a penas un suspiro del ángel de las horas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)