En el segundo que despide a la noche, hay un mundo que no puede dormir
sábado, 27 de septiembre de 2014
martes, 16 de septiembre de 2014
domingo, 14 de septiembre de 2014
viernes, 12 de septiembre de 2014
Cada día me sorprenderá más la falta de sentido.
Una vez aprendida la lección de que la realidad no existe, por ser todo diferentes interpretaciones de las personas que formamos este lugar llamado mundo, te replanteas la verdadera existencia de los enganches. Yo creía en ellos: enganches emocionales, físicos, de amistad, de amor, de consejos, de rutinas, de sostenimiento, de perdición... hasta que me declaré incapaz de negar la efimeridad, como sustantivo no aceptado por la RAE.
Si existe el perspectivismo, existe una "realidad personal", oculta en el alma de cada uno de nosotros. Única y que sólo nosotros conocemos (algunas de las veces), e intrasferible.
Volviendo a la efimeridad inventada por mi consciente, pensamos en las personas, en las relaciones interpersonales, llegando a conclusiones dolorosas, y quiza absurdas y fruto de grandes depresiones nocturas, de que tan fácil entra alguien en tu vida como sale. Nada es tuyo, no existen el adjetivo "mejor" delante del sustantivo "amiga" ni el nombre comun de "eternidad" al referirse al amor. Esto es porque no controlamos el tiempo, es efímero, porque la vida es una impsovisación y quizá mañana por la tarde aparezcan percances que hagan cada vez mas insostenible ese:"mejor", o a esa "eternidad", tan deseados.
El ser humano ha sido creado para establecer relaciones con otros, pero, objetivamente, nadie jamas puede ni podrá alcanzar la realidad personal única e intrasferible de otro ser; por lo tanto, estamos solos. Compartimos mucho con otras personas: apoyos, amores, sentimientos, emociones..., pero nunca nos podemos hacer una sola, no existe la fusión de almas, por esto jamás se abrirá un hueco a la posesión.
Pero sí tengo que destacar y creo firmemente en las almas gemelas. Historias paralelas, problemas similares, la distancia no importa. Y no importa porque estas dos pactaron hace no se sabe cuanto tiempo en reencontrarse en esta vida, y su union es tan especial que ni la distancia, ni el tiempo ni las discusiones (absurdas o no), ni los aros de fuego, ni los finos hilos a punto de romperse son capaces de acabar con tan especial conexión. Esto transciende de toda ciencia, de nuestro entender, pero es asi.
Del mismo modo, estas almas gemelas aunque traten de separarse, siempre se llevan un minimo la la otra esencia consigo.
Mi alma de momento, pactó con dos almas que viven, una de ellas mi gran amor.
El otro día este segundo se llevo consigo un trocito de la esencia de mi alma, al ser capaz de llegar a rozarla replanteandome su perdida.
Perder es natural, perder forma parte de la vida humana y de las relaciones interpersonales e intrapersonales, pero ser realmente consciente, pensativa, real, objetiva, pesimista y clara a cerca de este tema hizo que se me cayera el mundo a los pies, mi "realidad personal" estable se desmoronó y tuvo que volver a recomponerse, y de hecho, sigue en peoceso de recomposición y seguirá asi hasta que escriba mil parrafos más y pueda por fin abrazarle; abrazar nuestras almas y reconciliarlas despues del absurdo alejamiento o malestar que ha supuesto la idea de pérdida.
En cuanto a la amistad, sólo existen los llamados "amarillos", el resto son sólo conocidos. La amistad es tan confusa que no creo que nadie sea capaz de entenderla a la perfección. Sin meterme en detalles concluyo en que nada es eterno, acabárase antes o con el viaje a otra dimensión. Nada salvo nuestras almas. Estas no mueren con el cuerpo, pero se llevan consigo toda esa carga no resuelta, se llevan nuevos pactos, nuevos aprendizajes...
Una amistad puede verse afectada por descuido, porque falte un perdon, por las ganas, por discusiones, por gritos; pero las ganas y el esfuerzo pueden salvarla.
En definitiva, lo mejor es no perder, pero cuando pierdes, un alma (tal vez la tuya), gana.
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