sábado, 15 de marzo de 2014

De las estrellas que admiré, mojadas por ríos y rocíos diferentes, yo no escogí si no la que yo amaba y desdeentonces duermo con la noche. De la ola, una ola y otra ola, verde mar, verde frío, rama verde, yo no escogí sino una sola ola:
la ola indivisible de tu cuerpo. Todas las gotas, todas las raíces, todos los hilos de la luz vinieron, me vinieron a ver tarde o temprano. Yo quise para mí tu cabellera.
Y de todos los dones de mi patria sólo escogí tu corazón salvaje

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