Tú sabes como es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño de mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Si cada dia,
cada hora
sientes que a mi estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
en mi todo ese fuego se repite,
en mi nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor,
y mientras vivas estará en tus brazos sin salir de los mios.
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